¿Por qué quiero escribir un Blog?

Nunca he sentido la necesidad de escribir un blog, es más en los últimos 4 o 5 años de vez en cuando me pregunto la necesidad de tener presencia en redes sociales. Tengo un montón de cuentas a las que no les hago caso: facebook, linkedin, twitter, viadeo, google+, Xing, youtube, plaxo… y no sé cuantas más que ni me acuerdo.

Realmente, aunque mi trabajo está muy relacionado con la tecnología y he tenido la oportunidad de estar muy cerca de las novedades y el impulso tecnológico, lo de las redes sociales lo he vivido de forma muy tangencialmente. Confieso que la pereza y no sé si la discreción han frenado mis aportaciones a este océano inmanejable que es la red.

La resistencia a empezar a crear un perfil en la red es fuerte en mi carácter y sólo por una decisión racional y creo que un poco divertida conmigo mismo, me pregunto si me transformaré en un bloggero convencido de mis grandes aportaciones al mundo. Me voy a reir de mí mismo en unos meses, pero he decidido hacer la experiencia de crear un blog. Sigo convencido que si bien en el tú a tú puedo aportar mi experiencia y compartir los conocimientos que la vida profesional te pone en las manos, no os voy a descubrir la penicilina ni voy a dejar grandes frases que recordar.

Quería nombrar una frase de mi admirado Gilbert K. Chesterton en el que establece que la alegría y la humildad son las dos grandes virtudes que te permiten avanzar y vivir plenamente y sólo he encontrado La humildad es una virtud tan práctica que los hombres se figuran que debe ser un vicio. Pues desde este espíritu me gustaría empezar a moverme en este mar tenebroso.

Ha habido muchos detonantes para iniciar esta experiencia y quizás el definitivo se produjo el pasado 9 de abril en una jornada organizada por Interban en Madrid (#IniciativaPymes) donde sobre todo me animó la presentación de Alfonso Alcántara (@yoriento) que me pareció un gran comunicador. Experiencias como éstas o la de Alex Kei (@alexkei), por ejemplo, me han animado a ello.

Finalmente he escogido como nombre Panem Nostrum Quotidianum por lo que significa: cada día tiene su afán y ante esta tarea que se me antoja tan costosa quiero estar preocupado porque cada día dé lo mejor de mí. Trabajar con un objetivo y una meta es importante, pero la montaña se sube paso a paso y si al empezar la escalada te cargas con todo el cansancio de la travesía es muy posible que abandones; por eso quiero proponerme cubrir cada etapa con todo mi entusiasmo mirando con ilusión al mañana.

Última modificación: 04/07/2019

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