Recientemente, tras escuchar a Amando de Miguel diciendo que las derechas se reconocen por su máxima de Libertad frente a las izquierdas, cuyo distintivo sería la Igualdad, he descubierto que soy de derechas. Siempre había pensado que era de izquierdas, a pesar de llevar votando a la derecha los últimos 25 años en el marco español, porque el mensaje de Cristo se dirige a todos pero con mimo especial a los pobres y quizás una asociación inconsciente de los binomios capital-derechas y social-izquierdas, me acercaba más a las izquierdas. Es claro que Spain is different y tenemos otros condicionantes ajenos al funcionamiento universal de las ideas y los comportamientos. Sin embargo, salta esa chispa que pone en primer plano una idea sobre la que reflexionar y voy a intentar explicarme.

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Para mí el don más preciado que nos ha sido otorgado a las personas es la LIBERTAD; sin duda es el mayor valor que tenemos. Me asombra, de todos los dones que Dios nos ha dado y sigue concediéndonos, esta actitud de AMOR que tiene con nosotros. De otra forma es imposible entenderla. Que Dios Omnipotente se ponga de rodillas ante mí esperando que le ame y me deje despreciarle, mirar para otro lado, darle la espalda, ofenderle, no reconocerle… desborda mi entendimiento y más sabiendo que Él me sostiene y existo porque Él lo quiere. Pero me ha dado este gran poder: el libre albedrío y considero que es la mayor prueba de respeto y amor hacia el Hombre y por ello considero mi obligación hacer honor a el.

La capacidad de decidir del hombre conlleva una serie de consecuencias y te posiciona en el escenario mundial aceptando bastantes premisas:

1. La persona es más importante que el grupo. Por el bien del grupo no puedes cometer una injusticia contra una persona.
2. Toda vida es valiosa y única. No puedes aprobar la pena de muerte, el aborto, la eutanasia…
3. Respeto a los derechos humanos, a la libertad del otro, a sus opiniones, a discrepar…
4. Defender la propiedad privada, el mérito, la confidencialidad, los logros… del otro, del semejante
5. La dignidad de la persona es propia de cada ser humano sin distinciones de raza, religión, sexo, creencias…

Es claro que todos estos valores que emanan del concepto de libertad deben ser acompañados de la misericordia. Sin esta bonita palabra y mejor concepto, estaríamos perdidos. Son tantas nuestras miserias y caídas que sin la Misericordia de Dios estaríamos condenados; la Justicia de Dios se equipara y se ve superada por su Misericordia; si sólo nos juzgara de acuerdo a nuestros actos, seríamos reos de muerte y condenados al Infierno por toda la eternidad; pero su Amor le movió a encarnarse y a morir por cada uno de nosotros en particular y comprar con Su Sangre nuestra salvación. Este es el acto que más me conmueve de Dios Padre, que se toma tan en serio la Justicia que la única vía de redención del Hombre implica enviar a su Hijo encarnado para que pague con Su sangre nuestro pecado y podamos ser rescatados por su Misericordia. Si el Hombre no incorpora la misericordia en sus actos y sólo se mueve por la justicia dejaría en la cuneta a muchos hombres que fracasan, o se ven con menos oportunidades, o sufren injusticias de otros, o… De aquí nace el concepto de programas sociales que debe preocuparse de vestir al desnudo, dar de comer al hambriento, visitar al enfermo…

El éxito no debe implicar que el Hombre se ensoberbezca, al contrario debe situarnos en el plano de la humildad porque todo lo que somos es don, y mirar por tanto es obligación velar por las necesidades del otro. Como veis mi reflexión sólo me conduce a que el Hombre sin Dios está perdido y es incapaz de gobernar y servir a la sociedad.

Igualdad, que también es una palabra bonita, pone en primer plano lo colectivo por encima de la persona. Se producen aquí prioridades que inducen a Discriminación positiva, Predominancia de lo público frente a lo privado, el fin justifica los medios si es para la mayoría, gran poder para el burócrata, subvenciones y figura de Papá Estado que resuelve mis problemas… es decir, un montón de prebendas que nacen del decreto más que de la persona. La igualdad es antinatural per se. Todos somos diferentes y únicos, con cualidades diversas y personalidades infinitas. No somos iguales, ni sentimos igual, ni nos emocionamos de manera igual, ni tenemos las mismas necesidades, ni disfrutamos con las mismas cosas y de igual manera. Es por ello que enrasar para equiparar no significa que todos vayamos a ser felices. Este concepto de igualdad es el aplicado en España y es muy confuso y contraproducente; por enumerar algunas cosas:

1. En la educación se desmotiva al alumno cuando bajamos el nivel, se exige menos, no se premia el esfuerzo, se transige con el vago, se evita la frustración del fracaso, se equipara el alumno al profesor, se destruye la autoridad y el mérito… Todo esto frena la innovación y las ganas de ser mejores y mata muchos cerebros desde la niñez
2. En el trabajo pretende sustituir las desigualdades con discrimaciones positivas que reafirman más esas desigualdades.
3. En los programas sociales que cierran los ojos a las fuentes de ingresos y consiguiente gasto sin control de la administración que lo justifica porque es para todos -se olvida que también lo pagamos todos-. Los grandes perjudicados suelen ser las clases medias, gravadas con impuestos superiores al coste que les supondría pagar por estos servicios sólo si los necesitan.
4. Gastos desmesurados de la administración. Para cubrir y atender las necesidades sociales se crean infraestructuras públicas más caras y con más gasto en su mantenimiento que en los fondos destinados a causas sociales
5. Fomento del prototipo tengo derecho a frente a tengo que aportar a la sociedad o tengo que ganarme el pan con el sudor de mi frente

Resumiendo, creo que el concepto de Libertad nos lleva a un modelo de sociedad como el americano basado en su constitución y reglas de control en el que los conceptos de Derechas (Republicanos) e Izquierdas (Demócratas) conviven con pequeños matices. El concepto de Igualdad me retrotrae al sistema soviético o Chavista en el que se utilizan de forma torticera palabras como tolerancia, solidaridad, democracia, compañero y compañera, libertad, derechos, programas sociales, ciudadanía… cuando en realidad sólo sirven a los intereses de la clase dominante que se sitúa por encima de la sociedad para darles las migajas, mientras ellos se llenan los bolsillos a manos llenas y disfrutan de todos los privilegios que les da el poder y el dinero .

Es claro que el modelo occidental conlleva muchas injusticias y existen los abusos que cometemos las personas, pero cuenta con instrumentos de control que evitan y corrigen estos desmanes. No obstante, vuelvo a mi visión cristiana, si no tenemos a Dios como guía y referencia de nuestros actos las sociedades se corrompen y andan como gallinas sin cabeza. La igualdad entre los hombres es nuestra vinculación a Dios que nos otorga la categoría de Hijos y como tales con los mismos derechos y obligaciones. Es de aquí desde donde nace el concepto de Igualdad que nos hace Hombres, que debe ser una convicción que surge de nuestra condición de ser LIBRES.

Acabo con alguna ocurrencia graciosa:

1. el ADN del mono coincide con el del Hombre en un 98,8%, sin embargo esa pequeña diferencia nos separa un abismo como especies distintas. Si hiciéramos caso a lo que nos iguala el mundo sería gracioso, ja, ja, ja el gorila Chaves ya gobernó Venezuela.
2. Si comparamos el hombre y la mujer, cuyo ADN sólo difiere en el cromosoma que determina el sexo, diríamos que ¡Vive la différence!
3. Si todos, hombres y mujeres, nos vistiéramos igual…
4. Hombres y mujeres reaccionamos IGUAL, pero por distintos motivos

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