Este agotador año electoral llega a su fin y nos enfrentamos, quizás, a la decisión más importante ciudadana en la que estamos comprometiendo el futuro de nuestra querida nación española. Ya hemos tenido la oportunidad de ver la ‘patita’ a los nuevos partidos emergentes y los comportamientos de los ‘dinosaurios’. Me esfuerzo en reconocer cualquier indicio en la intención política de superar tanta mugre acumulada en esta etapa democrática. Palabras, como dicen de las meigas «haberlas haylas», hechos, ???. He de decir que sólo VOX representa para mí en estos momentos la única opción creíble en su programa e intenciones. Santiago Abascal es un ejemplo de coherencia y valentía y creo que viene avalado por su ejemplo político. Único partido que no se avergüenza en reconocerse como partido de derechas. El resto nadan en la ambigüedad intentando adueñarse del espacio político del centro, que como bien dice el prestigioso sociólogo Amando de Miguel, el centro ideológico no existe y el verdadero equilibrio democrático se sustenta sobre una derecha que defiende la libertad y una izquierda que lucha por la igualdad.

Como libre votante, que me considero, ya he comentado que voté a PSOE, a UCD y a PP -a éste último desde el 96- creo que el Sr. Rajoy ha dilapidado la confianza recibida hace 4 años. Le votamos una gran mayoría por motivos diversos pero sobre todo porque la situación socioeconómica de aquel momento confluyeron en un interés común prevaleciente sobre las diferencias y que entregó al PP el timón de la nación: un gran cansancio del presidente del gobierno ZP, una necesidad de regeneración, una búsqueda de confianza en el futuro, una petición solidaria de lucha contra el terrorismo, las desigualdades, la corrupción, el estado de las administraciones, los excesos nacionalistas, la devastadora crisis económica, el despilfarro autonómico y el deseo de justicia igual para todos previa despolitización, en una palabra la separación de poderes y la verdadera existencia de la democracia sin privilegios.

Todas las promesas de regeneración y lucha por los valores del PP han sido olvidadas en beneficio de un único objetivo económico de salir de la crisis. Confieso que perder esta senda de recuperación conseguida por el PP me asusta y no encuentro en el resto de partidos la confianza de que sean capaces de gestionar España en estos momentos como necesitamos. Pero esto no va a determinar mi voto, porque creo que nuestro voto debe decidir qué es lo verdaderamente importante: los valores de convivencia y crecimiento personal o los aspectos materiales del bienestar. Yo tengo claro que sin una educación libre y responsable las próximas generaciones que lleven las riendas del país, se comportarán como los actuales LOGSEADICTOS educados sectariamente y totalmente relativistas. Estamos recibiendo el fruto de la cosecha sembrada desde el inicio de la democracia en España.	La supuesta regeneración del PSOE con Pedro Sánchez a la cabeza sigue el declive progresivo de este partido caduco y trasnochado. Más demagogia, autoritarismo vestido de primarias, pactos con ‘el diablo’ en aras de conseguir poder echando al PP, sectarismo educativo, palabras, palabras, palabras… que denotan que su deseo sería gobernar una masa tonta, sin criterio o con el ’criterio’ que ellos decidan con grandes discursos de igualdad pero enriqueciéndose sistemáticamente.
C’s se me antoja como el partido que transmite esperanza en el futuro, con grandes dudas en lo económico y poca experiencia o nula se han encontrado con un aluvión de votos que huyen de los grandes partidos sin hacer nada. Esta es mi principal preocupación, que Rivera, con un perfil bajo, de buenos chicos, sin mojarse parece conformarse con ser el tercero en discordia y decidir a quién apoya. Ya vemos malas maneras en su comportamiento diverso respecto al PSOE en Andalucía y al PP en Madrid y no quiere perder este gran ascenso que todas las encuestas le vaticinan –como dice Santiago Abascal Rivera sólo se desnuda en las pancartas-. Hoy yo no te puedo votar, porque como castellano crudo, me atrae la nitidez, las cosas claras y pisar los charcos; no obstante, pensando en el mejor escenario para España tras el 20D y sobre los datos arrojados por esas encuestas, creo que desearía un gobierno formado por CIUDADANOS con el apoyo del PP. Nos quitamos de en medio a Rajoy y a toda la troika creada, entra como presidente savia nueva que sería apoyada por una infraestructura de los ‘populares’ que dé solidez al proyecto de una España nueva.	PODEMOS ya lo VEMOS, sectarismo, demagogia, ocurrencias, derecha, izquierda, centro, te doy, te prometo y… te hundo. Afortunadamente se les ha acabado el chollo de la ignorancia y ya son adalides de la tan denunciada ‘casta’.
Lo que deseo para el futuro en España es un gobierno que rompa los privilegios, separe los poderes ejecutivo, judicial y legislativo, que apoye la vida, promueva la misma educación en todo el territorio, que despolitice la justicia, que entregue a los padres el poder de elegir la educación de sus hijos con la misma inversión para lo público y lo privado o concertado (6.000€ de apoyo a lo público frente a 3.000€ en la concertada y 0€ en la privada), que suprima las estructuras públicas duplicadas, empresas públicas al servicio de los favores políticos, un voto que valga lo mismo en todos los sitios, sanidad y educación comunes, evitar financiaciones a terroristas y echarlos de las instituciones, sindicatos y patronales abiertos y fuera de los presupuestos del estado, fuera sueldos de por vida a políticos, becas a quien estudia, responsabilidad de gestión, devolución de lo robado, persecución a la corrupción…
De momento votaré a VOX aunque me digan que es tirar el voto, que no es un voto útil, que se aprovecharán otros… Mi responsabilidad está en dar mi confianza a quien vaya a defender las ideas en las que creo sin venderse al mejor postor. ¡Ojalá que Santiago Abascal pueda poner voz a tantos que creemos en esas ideas!