Lunes 5 de marzo. Se avecinan tormentas

Una vez terminadas las declaraciones de las vedettes que pasaban por allí y no sabían, no oían y no veían lo que era evidente para el resto de los mortales, esta semana se producirán los testimonios definitivos que evidenciarán el delito de rebelión perpetrado por los presos catalanes acusados.

Martes 6 de marzo. R.I.P.

Estoy de luto, perdonad. El Madrid consuma su desconexión para el año 2019. Copa, Liga y Champions. Pierdo unos meses de fútbol que dedicaré a la lectura. Hasta el año que viene. ¡Volveremos! 

Miércoles 7 de marzo. ¡Que vienen las feminazis!

Se sigue poniendo de manifiesto la desfachatez de un gobierno en funciones que sigue con sus decretos y utilización del Estado para sus intereses partidistas. ¡La cara de cemento armado! No es novedad, pero me sigue asombrando. Estado comunista ávido de expropiaciones, que se meten contra la propiedad privada, véase decreto contra los alquileres, y ¡qué casualidad! el decreto de igualdad según ellos, se aprueba el pasado viernes y va a entrar en vigor justo, justo el próximo 8 de marzo día de convocatoria de la manifestación de huelga feminazi.

Y PP y Cs siguen apoyando la ley de violencia de género, la historia de la brecha salarial y discriminación positiva de la mujer. Asombroso. Que siguen sodomizados por el mensaje progre y acobardados a enfrentarse a esta ideología totalitaria. Que el auténtico feminismo que protagonizaron en su tiempo Emilia Pardo Bazán o Concepción Arenal, que pedían el derecho a la formación y la igualdad de derechos; que ellas no necesitaban ser consideradas inferiores y no requerían ninguna protección por parte del hombre. Al contrario, que se sentían independientes y con la capacidad de disputarle a cualquiera un puesto de trabajo o una representatividad sin necesidad de cuotas ni mejores condiciones de acceso. Igualdad de oportunidades sin privilegios que reflejaran una inferioridad que no se reconocían.

Jueves 7 de marzo. El negociete de les femmes

Pues sí. Leo hoy que en los últimos 5 años las asociaciones feministas han recibido la pequeña cantidad de 150M€, que como ya vimos en los datos andaluces con más de 2.000 asociaciones, una mínima parte es la que llegaba a las mujeres que habían sufrido cualquier abuso; el resto en sedes y sueldos para mantener la clientela que haga ruido y defienda la supremacía de la izquierda. Porque son los partidos de izquierdas los que han impuesto ese mantra de desigualdades entre hombres y mujeres, que si los hay, que los hay, son delito y la ley que había era suficiente para corregir dichas actuaciones. 

Las injusticias que sufren las mujeres les importa a los partidos de izquierdas una higa, sencillamente utilizan la desgracia ajena para alimentar a sus redes clientelares y vestirse con capas de heroismo. Pero las medidas propuestas, además de atentar con el Estado de Derecho, son ineficaces y las ayudas se quedan en el camino, es decir, entre los que viven de este momio. En cuanto se acabe el chollo de la bandera feminista, cogerán la del cambio climático, o las energías limpias o… Pero no se equivoquen, será lo mismo, enarbolar la bandera, vestirse de dignidad y modernismo, de solidaridad… pero la pasta para ellos, para seguir viviendo del dinero público. Ellos sólo quieren seguir manejando ese dinero que no es de nadie, subiendo los impuestos y hundiendo las economías familiares, por cierto, y vivir con un sueldo digno que les permita comprar esos casoplones, con servicio de seguridad público y con coche oficial, ¡qué menos!

Viernes 8M. Soy culpable

Pues sí, soy hombre; nací con esa lacra de maltratador, incapacidad para cuidar a mis hijos, a mis padres, despreciando a la mujer y con el derecho a cobrar más que ella por el mismo trabajo. No sé si podré redimirme en esta corta vida, no sé si podré quitarme las etiquetas de xenófobo, racista, machista, maltratador, patriarca, explotador…

Ayer leía un experimento educativo en el que se refleja claramente el concepto que esta izquierda comunista entiende por igualdad, igualar a todos la la media, todo repartido a partes iguales al margen del esfuerzo personal, lo colectivo por encima del individuo. Una sociedad sin diferencias es una sociedad muerta, como lo ha demostrado el comunismo. Es una solemne tontería que una mujer y un hombre deban cobrar lo mismo por el mismo puesto, como lo es que dos hombres deban cobrar lo mismo por el mismo puesto. Porque siempre hay matices y es la persona la que debe luchar por que su trabajo sea reconocido por lo que vale. ¿Es que Gareth Bale cobra los mismo que Vinicius? Los dos cubren el mismo puesto y están en la misma empresa, es más el supuesto titular es el suplente.

Una sociedad competitiva, que ofrezca igualdad de oportunidades, que no discrimine es una sociedad de progreso que premia el mérito y ofrece alicientes para lograr el éxito. ¿Por qué se tiene que meter el estado en regular lo que un empresario quiere pagar o no a sus trabajadores? Allá él. Porque él es el que arriesga su patrimonio y el que al final ganará o perderá en función del equipo que contrate, sea de hombres o mujeres; sin cuotas. Si una mujer de valía accede a un puesto de responsabilidad en el que no es capaz de luchar por su sueldo, es que no conoce lo que aporta o genera y quizás podríamos pensar que no se merece cobrar más. Si es hombre y le pagan menos que a una mujer con el mismo grado de responsabilidad, lo tendrá merecido. Pero si el empresario comete cualquier tipo de abuso o explotación, a ese hombre o mujer, que sea penalizado de acuerdo a la ley -pero no sólo cuando cometa un delito contra una mujer, también si es hombre; o si la empresaria es mujer que no sea tratada de forma diferente-

Los que están detrás de esta manifestación de persecución y odio se sienten muy satisfechos de sí  mismos porque están amancebados por fondos públicos y no tienen que demostrar su valía profesional construyendo algo, dando beneficios, creando empleo; les basta con subir los impuestos para mantener su cortijo (que pagan todas esas mujeres malpagadas que luchan por el sustento diario de su familia y que estos listos les atracan descaradamente para luchar por ellas, dicen).

La sociedad de igualdad -sólo para los que piensan como ellos- que pretenden es una sociedad esclava de los políticos al mando donde ellos se dan la gran vida y desincentivan toda iniciativa personal. Y además es un movimiento opresivo que persigue al discrepante y amedrenta al que se aparta de sus posturas. Hay que ver a Rivera, que vuelve a estar sin estar, que apoya pero no apoya, que irá pero no está de acuerdo… y a Casado, que ahora se ha leído el manifiesto y que entonces no va… ¿pero que creías que sería lo que persiguen los convocantes?

La curva de Laffer explica perfectamente este modelo de fracaso. Si el estado me grava con impuestos progresivos, llega un momento en que no me compensa trabajar más porque ese trabajo lo cobrará el estado. El resultado es que dejo de trabajar. Si el Estado, como consecuencia cobra menos, volverá a subir los impuestos y desmotivará al empresario a crecer por falta de retorno y habrá menos trabajo. Si a dos personas les das los mismo medios y conocimientos, al cabo de un tiempo habrá diferencias. Una habrá creado un imperio y la otra habrá guardado todo debajo de la colcha y estará trabajando para la primera. La persona es así. Pero si cualquiera de las dos comete el mismo delito y en el mismo grado, ambas serán tratadas por igual y castigadas con la misma pena tras juzgarlas. Esto sí es igualdad.

Última modificación: 05/07/2019

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