Por más que lo intento no puedo comprender al PP. La última ampliación del estado de alarma aprobada en el Congreso con el apoyo del PP es para mí algo indescifrable. Tras una magnífica intervención y posterior réplica poniendo sobre la mesa tantas y tantas irregularidades, negligencias y datos de la incompetencia del gobierno, vota sí. ?????
La coherencia de Abascal, tras sus correspondientes intervenciones, es certificada con su voto en contra de las intenciones del gobierno. Y digo bien. Aquí no se vota sobre la extensión del estado de alarma. El voto es sobre la conveniencia de que los actuales gestores y responsables de llevar a España por el mejor camino -para evitar más muertes, contagios y ruina económica- sean puestos de patitas en la calle o no. Y sobre esto no hay ninguna duda.
El Congreso vendría a ser, con sus matices, el CEO de una empresa que ha puesto en manos de un ejecutivo la dirección de un gran proyecto clave para la supervivencia de la misma. Éste debe tomar una decisión respecto a los próximos pasos a seguir. Efectivamente el equipo gestor y ejecutivo fue el que eligió el Consejo de Administración -el pueblo español- pero el CEO mira los resultados y sólo ve desastres. El mercado está muy complicado, pero mira a la competencia y observa que todos salen adelante siendo su equipo el que arroja las peores estadísticas. No hay peros, no hay rencores, no hay venganzas. Su labor es tomar decisiones difíciles por muy críticas que sean las circunstancias y la única decisión posible es despedir al equipo actual y poner al frente uno nuevo que establezca un rumbo diferente a la deriva actual.
Desde el punto de vista sanitario, los peores números en víctimas por millón de habitantes. No hay test para detectar contagiados, inmunes, infectados… No hay mascarillas o EPI’s para el personal sanitario y de actividades esenciales. Han sido estafados reiteradas veces por intermediarios y se ha pagado por materiales inservibles o de baja calidad. El número de sanitarios contagiados por falta de protección es masivo y de las peores estadísticas mundiales. Hay indicios de corrupción y malversación de fondos públicos en la compra de ese material defectuoso. La descoordinación es absoluta. No se hacen autopsias para ayudar a los científicos. No se cuentan los muertos reales… No hay luto nacional y el desprecio a las víctimas y familias es absoluto. Las tertulias amigas se llenan de participantes sin restricciones, pero no puedes enterrar a tus seres queridos. No se puede asistir a misa respetando las medidas de prevención, pero a los musulmanes les dejan hacer sus oraciones en la calle.
Económicamente no hay un plan efectivo de apoyo a empresas y autónomos. Se está permitiendo que se hundan. Las medidas de control de precios en alquileres, EPI’s, confiscaciones y abusos retraen el mercado e incentivan precisamente lo que intentan controlar, el mercado negro. El cobro de impuestos y cuotas diversas abocan al incremento del paro (vamos de cabeza hacia los 7.000.000 de parados).
La gestión y no-planes de desconfinamiento apuntan a un rebrote de contagios y muertes. La incertidumbre es patente.
Y detrás de todo este desastre existe un plan maquiavélico del coletas para convertir a España en una República Comunista y Bananera como ya convirtieron a Venezuela y demás países sudamericanos donde metieron la mano. Quieren vivir a lo grande a costa de los españoles. Mandar y tener el poder para someternos y forrarse a base de sangre y sacrificio del españolito de a pie. Nuevas mansiones, nuevas dachas, nuevos privilegios y patente de corso para colmar sus vicios a cambio de las migajas en forma de salarios de subsistencia que fijarán ellos.
Y todo esto es posible gracias a votos de apoyo bienintencionados pero equivocados, a las hordas de periodistas que les hacen la ola y contaminan diariamente la información que transmiten y a mandos y supuestos científicos que o callan u otorgan, subyugándose a la acción de este Gobierno infame.
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