Realmente se respira miedo sobre todo en las personas mayores que vivieron una situación calcada en el 34 cuando ganando la derecha el frente popular se echó a la calle y provocó la Guerra Civil española. A la vez los podemintas están exultantes con su subida vertiginosa con ganas de incendiar cualquier posibilidad de futuro para España. Tenemos al PP, que ha ganado las elecciones con un presidente claramente mejorable con una imagen y resultados devastadores para el centro-derecha que ha desperdiciado el servicio que le cedimos los españoles en el 2011. Sí, su tarea era la reforma de lo mismo que pedimos ahora: justicia independiente, administración eficaz y reducida, autonomías fuera, senado operativo, defensa de la vida, liberalización y reducción de burocracia, ETA fuera de las instituciones, ayudas a las familias, becas al mérito, una ley de educación estable… El PSOE herido y casi hundido gracias a la estrategia de echar al PP a toda costa en estos últimos meses y Ciudadanos pagando su indefinición y falta de apuesta para haberse aupado en la bisagra deseable del parlamento frente a los nacionalistas.
Sin embargo tras esta primera impresión urge la reflexión y el entendimiento del voto otorgado por los españoles que sigue dando más del 72% de la confianza a opciones de unidad. Es verdad que las dificultades aumentan y entramos en una legislatura de entendimiento y diálogo. Hay grandes dudas por los interlocutores, sobre todo Rajoy y Sánchez, que en mi opinión debían solicitar el retiro y dejar paso a nuevas figuras renovadoras. La bisoñez de Rivera pidiendo altas de mira para construir juntos España, debe ser escuchada y obligarnos a ser generosos y establecer las bases de esa nueva transición que nos merecemos, derogando las desigualdades creadas en estos años de consolidación de la democracia.
Yo soy optimista en este escenario aparentemente irresoluble. No podemos permitirnos provocar unas nuevas elecciones en abril y paralizar el camino de recuperación iniciado. No podemos dilatar un gobierno estable por pruritos personales. Espero que las dos grandes organizaciones que pueden aportar estabilidad al futuro de todos los españoles, pongan por delante España a sus intereses de partido. Rivera ya lo ha planteado y por una vez me gustaría que triunfara esa generosidad y bondad del hombre para hacer posible lo que parece imposible. Y creo que tanto PP como PSOE se verán recompensados en el futuro con esa gran mayoría de españoles que queremos tener un futuro prometedor en nuestra patria sin rupturas y extremismos rupturistas y basados en el odio o en la venganza.
El resultado de los votos, lejos de provocar un resultado de ingobernabilidad, arrojan una oportunidad para estos tres partidos de construir rápidamente las bases de la España del futuro. Una legislatura corta de 2 años con trabajo intenso por parte de estos tres partidos constitucionalistas deberían asentar y corregir los defectos de uso del gran acuerdo de toda España en el 1978. Queremos que en los temas centrales de educación, justicia, sanidad, administración, estructura territorial y presencia en las instituciones de partidos democráticos se mejore lo que tenemos actualmente y se corrijan los abusos por interlocutores corruptos y aprovechados.
Dos últimos apuntes que me parecen también muy claros analizando estos resultados dirigidos a PP y PSOE. Necesitan renovarse con gente nueva; congreso abierto cuanto antes en el primer caso y renovación en el segundo, tras la estrategia fagoticida desarrollada desde que fue elegido secretario general llevando al PSOE a una previsible desaparición si insiste en ello.
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